12 mayo 2007


experiencias desagradables

Cuando era chico me regalaron para navidad una porno que no me acuerdo como se llamaba. Era viejísima, actuaba el famoso petit semental Ron Jeremy (capaz de practicar la llamada “autofelación”). Lo que sí me acuerdo es de una película argentina que aparecía en el trailer, Bonanza. Era la historia de “María, la que gusta de gozar y gozar doblemente”. Pero lo divertido es que una vez vino un amigo a casa y me pidió que ponga la cinta. Típico de adolescente pajero, que vive caliente como una chiva. Un pequeño monito que se auto complace incontables veces por día. Oquei, la escena podría parecer totalmente de iniciación homosexual. Sino mirá: estufa a leña pendida, nadie en casa, pleno julio y pornografía de por medio. Pero no. No fue eso lo que paso. Resulta que la peli era novedad en ese entonces. La idea era mirarla unos minutos y sacarla, para no tener que hacer lo que se hace cuando se mira hardcore. Pero esta clase de jovencitos son testarudos y les resulta imposible despegarse de la pantalla. Y este inmoral no era la excepción. Estaba maquinadísimo con el tape. Sentado en un sillón a mi izquierda, pero un poco más retrasado, no me permitía tener una clara visión de lo que pudiera estar haciendo. Obviamente se estaba tocando. Si. Se tocaba sin que yo supiera. ¿Podés creer que de repente escucho tzzz tzzz, miro hacia atrás, y lo encuentro ahí, parado contra la estufa, riéndose?

2 comentarios:

solymar dijo...

Yo tengo ese tape.
I told you to watch her, not to fuck her.

Anónimo dijo...

una ves encontre a esa misma persona tocandose en mi cuarto mienras miraba un video de britney spears,en esa oportunidad eligió una remera como reservorio.creo que estamos en presencia de un eyaculador en serie