Sabiduría Sorpresa
Prejuzgar esta bien.
Prejuzgar esta mal.
Prejuzgar está.
Podríamos definir al prejuicio como lo que esperamos que haga o piense una persona que no conocemos pero que connota cosas con su vestimenta, sus modismos, su pelo, su raza, su culo o su tía.
Lo interesante del prejuicio es que surge, como un pop-up.
Es real.
No viene en vano, depende de nuestra mochila.
Pero es un pre-juicio, no un juicio.
Seríamos redundantemente pedantes si pensáramos que nuestros prejuicios coinciden estrictamente con nuestros juicios.
Los juicios vienen después que los prejuicios.
O no vienen.
Vienen después si conocemos al prejuzgado y tenemos la información que consideramos necesaria para juzgarlo.
No vienen cuando el prejuicio es tan grave que nos aleja para siempre del prejuzgado.
Tampoco vienen cuando el prejuzgado se va a vivir a china o se muere.
A veces el juicio coincide con el prejuicio. A veces no.
No coincide con el prejuicio cuando pensamos que alguien es un otario (en algo o en todo) siendo, por lo contrario, un sabio.
A veces no coincide cuando pensamos que alguien es un erudito (en algo o en todo) siendo, por lo contrario, un clown.
A veces coincide cuando pensamos que es una gorda de mierda y efectivamente resulta tener exceso de grasa y malas actitudes.
A veces coincide cuando pensamos que alguien es sincero y finalmente nos confiesa que se la come, le roba a la vieja o le caemos mal.
Evidentemente, hay matices.
Algunas personas cargan con un prejuicio.
Un feo carga con un prejuicio.
Un negro carga con un prejuicio.
Un lindo también.
Un judío también.
Una rubia también.
Un afortunado también.
Nadie se olvida del prejuicio del negro o del judío.
Algunos se olvidan del prejuicio del lindo, la rubia y el afortunado.
Algunos esperan que un negro sea chorro, cante bien o juegue bien a la pelota, dependiendo de la mochila.
Algunos esperan que un lindo sea tarado, perfecto, haga castings, sea heredero o concheto, dependiendo de la mochila.
Algunos esperan que un judío sea rata, empresario, gran tipo o terraja, dependiendo, claro está, de la mochila .
El afortunado es mas difícil.
El afortunado, si es conciente de su fortuismo, posiblemente cargue con una responsabilidad social que no lo deje dormir.
El afortunado puede ser negro, judío, rubio, morocho, feo, gordo con tetas, chino de mierda, cretino o gay, pero afortunado.
Surfea los conflictos de la vida con maestría.
Algunos pueden ser egoístas, otros pueden ser solidarios.
Los egoístas pueden hacerse millonarios, tener un yate que ni usan y morir de traje con mucha guita en un banco.
Los egoístas pueden hacerse una casa redonda y amarilla en Villa Serrana, fumar el mejor porro y ser felices.
Los solidarios pueden hacerse millonarios haciendo cuentas, videos o animales de juguete, compartir su dinero con gente buena y hacer asados de la concha de la lora.
Los solidarios pueden, también, hacerse una casa ostentosa en Punta del Este y regalarle merca a fallutos.
Las posibilidades que da la vida son infinitas.
Los prejuicios también.
Los juicios también.
Todos somos negros, rubios, judíos, gordos, miedosos, putos, garcas, amigables, solidarios, fachos, soretes o tremendos tipos.
Todos cargamos con prejuicios.
Prejuzgar está bien.
Prejuzgar está mal.
Prejuzgar pasa.
Pero es un pre-juicio, no un juicio.
Tenemos que tener cuidado, paciencia y curiosidad, para poder descubrir los juicios mas hermosos de la vida.
Si no se ve con el corazón, si transformamos el prejuicio en juicio, nos perdemos una de las partes mas hermosas de la vida.
La sabiduría sorpresa.
11 comentarios:
Decime si me equivoco..... Me conociste y como siempre pasó lo inevitable. Entonces empezaste: rubio, parece buen tipo, etc, etc, en fin, todas esas cosas que tu mochila dictó en ese momento.
Y al poco tiempo Paf! de golpe tus prejucios se van a la mierda tras desenmascarar a la verdadera persona detras del antifaz.
Te das cunta que esa "sabiduría sorpresa" no hubiera pasado si, por ejemplo, yo fuese judío, porque algo como eso lo esperarías de un judío pero no de mi (segun tu prejucio en ese momento). Ahora me doy cuenta donde la cague.
Muy bueno el articulo
Claro rostro, sos un claro ejemplo de prejuicio que no coincide con el juicio. Parecías un tipo divertido y serio. Nunca hubiera pensado que terminarías exiliado por falluto y fumador de pasta base.
la verdad que esta muy bueno, que paso te diste cuenta de que el pala te esta utilizando con la pag ahora y te vino todo esto,lo leiste por ahi,el rostro te defraudo como persona,o es made in pernigoti?
es made in pernigoti, definitivamente.
art attack y ponerse a escribir.
del inconciente el que mas sabe es Freud y creo que se murió, hay gente que lo sigue pero me da la sensacion de que él se retuerce en su tumba por muchos segudiores.
Viene mas bien por algo que me pasa a mi, cargo con prejuicios que nadie se da cuenta, no como solymar, como persona de carne, hueso y piel.
PD: carne y hueso, carne y hueso, y la piel??? sin la piel todo se cae, que frase pobre.
esto es de una redondez espectacular, bien solymar
esto es de una redondez espectacular, alucinante solymar!
hay quienes dicen que la primera imprecion es la que cuenta, yo me guio mucho por la primera imprecion, que creo que es un prejuicio, pero claro esta el caso del rostro que caga todo el dicho, son gente uqe sabe escurrirse
yo esto lo vivi...conoci a un buen tipo, retacon, estudioso, generoso, con aptitudes futbolisticas nunca vistas...resultaba ser un gran tipo, un empresario del negocio del cafe...me caia bien hasta que me entere que era un general retirado,que decepcion, igual es un gran tipo, pero ahora su mochila no solamente tiene cafe...
q nunca les pase
O.W.T
bien solymar bien!! me gusta..
Si supieras lo que me gustaría saber a quién le gustó mi texto... pero no... anonymous...
no se si notaron la intervencion de oscar washington tabarez
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