Bienvenidos a la clínica del Dr. Sicavica

Buenos días, ¿Cómo dice que le va Dr. Sicavica?

Ohhh, estimado Manfredi, adelante, usted siempre es bienvenido en nuestra clínica.

Gracias doctor.

Cuénteme, ¿qué lo trae por aquí?

Mire, la cuestión es que salí el otro día con una chica que conocí por internet, en el chat de Badoo. Y usted sabe que fue increíble. Nos encontramos en un barcito de pocitos, nos tomamos un aperitivo y la cosa ya empezaba a tomar forma. Después de charlar acerca de las peculiaridades de las vidas de cada uno, de Montevideo y Uruguay en general, decidimos ir a comer algo al Valerio para calmar nuestros famélicos cuerpos. Famélicos no sólo de comida doctor. Esa chica era salvaje. Después de la cena nos fuimos a un motelucho del centro y la noche se puso en su verdadero cauce.

Muy interesante Manfredi, siga adelante.

Alquilamos una habitación preciosa. La 301. No había olor, no se escuchaban gemidos de los cuartos de al lado, no habían rastros aparentes de semen en las almohadas (aunque el piso era de moquete) y había una estatuilla romana del tamaño de un gato. Alucinante. Era un busto. Una representación del emperador Alejandro. Preciosa la verdad. También había un cuadro que retrataba un paisaje nórdico: río cristalino con sus márgenes cubiertas de nieve y al fondo una ciudad avallasante que bien podrían ser la bonita Oslo o la intrépida Toronto.

Muy bien Manfredi, pero acelere, vaya al asunto, directo al acné.

Está bien Doctor. Lo que pasa es que creo que es importante ponerlo en escena, para que entienda mi preocupación.

Correcto, siga.

Como le venía diciendo, la chica se abalanzó sobre mi y me empezó a desabrochar la camisa. Y acá no hay tu tía. La verdad que lo tengo que felicitar y agradecer por los pectorales que me instaló el verano pasado. Están teniendo un resultado descollante. Si viera como tocaba la morocha, como si estuviera masajeando a un verdadero gladiador. Por transitiva, también se entretuvo con los cuadraditos abdominales de gel de silicona. Qué magnifico, mis dos mejores implantes. Ahora bien, cuando llego a la gaver no fue lo mismo. Me di cuenta que el tamaño es importante. Si bien intuyo que se divirtió mucho, porque pudimos cabalgar unas cuantas veces _y usted se imaginará que soy un buen jugador de polo_, no hay duda, el tamaño si importa. Llena el ojo. Es fundamental que la chica pueda tomar la gárgola con la totalidad de sus dedos y que sobre. En otras palabras doctor, es menester, insoslayable, esencial, primordial, vital tener una verga opulenta para ser un Casanova. Por eso es que hoy me encuentro regresando a su prestigiosa clínica. Deseo hacerme la pija.

Perfecto Manfredi. No hay problema. Tenemos muchas opciones para agrandar el tamaño de su verga. Además, debo comunicarle que es usted muy afortundado porque hace sólamente unos mes estamos trabajando con una primicia que viene dando excelentes resultados. Una nueva tecnología que es lo último en Europa y Nueva York, un verdadero avant-garde. Tenemos en nuestro poder los revolucionarios implantes para las pelotas. Si, como escucho Manfredi, ahora usted también puede hacerse los huevos. Se puede agrandar los huevos para tener dos esferas imponentes que choquen contra las nalgas de su pareja y emitan un verdadero estruendo capaz de despertar la envidia de hasta los mayores exponentes del cine porno, como Rocco Sifredi. La revolucionaria intervención quirúrgica consiste en abrir la bolsa escrotal y forrar las gónadas masculinas con sucesivas capas de gel de silicona (primerísima calidad) hasta lograr el tamaño deseado por el cliente. Entre capa y capa se dejan espacios minúsculos para permitir el pasaje de aire y así provocar un mayor sonido, que otorgará una mejor percusión a la hora de chocar contra las nalgas de su contrincante. En criollo le pusimos la técnica del “encebollado de los huevos.”

Asombroso doctor. Siempre innovando, por eso sé que tengo que recurrir a su clínica, es usted sencillamente el mejor de plaza.

Gracias Manfredi, son muchos años de plena dedicación al servicio de nuestros clientes. Su felicidad es nuestro trabajo.

Muy bien, le tengo que decir que voy por las dos cosas: me hago la verga y agrando los huevos.

Perfecto, le aseguro que no se va arrepentir. Estoy operando todos los viernes en la mañana. ¿Le sirve el próximo viernes, el viernes 7?

Impecable Dr. Sicavica. ¿Debo venir en ayunos o algo en especial?

Sí, efectivamente. Hable con María al final del pasillo que le va a explicar el instructivo para el preoperatorio. Muchas gracias por confiar nuevamente en nosotros Manfredi. Lo espero el viernes. Hasta luego, que le vaya bien.

Chau Doctor, hasta la próxima.