19 enero 2010


sopapas humanas



Si algo da miedo en este mundo, es el chupón de aspiradora teenager. Los primeros besos son complicados. La inexperiencia puede ser muy negativa, dando lugar a situaciones incómodas que traen como resultado, en muchos casos, una abstención temporaria del “chuponeo”. No es nada raro que “comer” significara chuponear. Literalmente uno comía a la victima, o lo comían a uno. Feroces movimientos de las fauces con una intensidad como si estuviéramos masticando un asado con cuero en el medio de una yerra en minas, después de haber tomado un par de litros de vino tinto.

En esos momentos a veces sucedía que uno o ambos, víctima y victimario, no se dejaban llevar por lo relajante que puede ser dar un beso y eran acechados por un sentimiento de “qué mierda estoy haciendo acá, estoy empezando a pasar mal”. Así el liceo se dividía básicamente entre los que sabían comer y los que no. Los primeros se copaban y padecían de una gula insoportable a los ojos del segundo grupo, el de los desnutridos.

También estaban los bulímicos. Estos eran fundamentalmente aspiradoras amaneradas que más tarde se declararían homosexuales. Intentaban chuponear varias veces, sin conseguir aprender la técnica, despotricando constantemente contra sus parejas. Finalmente entenderían que el sexo opuesto era el segundo plato de sopa. Existían también las aspiradoras epilépticas. Estos eran los más desagradables, con gran excitación cargaban los besos de baba maloliente, tanto que apabullaban a sus víctimas. Succionaban la cavidad bucal de sus parejas, como si fueran un aparato de dentista, extrayendo saliva y regresándola al beso a través de un sistema similar al de una fuente.

De todas formas el liceo estaba para eso, para aprender las cosas básicas, de ahí que es un Ciclo Básico. Es una pena que muchos salgan de allí como aspiradoras made in china gracias a que otras de mayor calidad no los dejaron desarrollarse.

3 comentarios:

solymar dijo...

Es importante resaltar que muchas veces las sopapas humanas de vantix dejaban marcas en su presa, que luego tendrìa que piloter la situaciòn el lunes en el liceo, mas de tres marcas en el cuello por mes eran de "changuero", especie pintorezca de la època.
Siempre er amas fàcil comer el asado con cuero despuès de un troli de vino tonto.

sopapa mundanas dijo...

jajjajaa
buenisimo el post!!!

Anónimo dijo...

Mas adelante se superaría la categoría intentando llegar al insert coin. O tomarse un séptimo regimiento y revolver el trago con ambos dedos. Trago que pasaría a llamarse orgasmo de pitufo.